¡Aprende a meditar con tu perro en Ladracadabra!
El Mindfulness es una práctica que ha cobrado popularidad entre las personas. Pero, ¿sabías que puedes meditar con tu perro?
No, no estamos tomándote del pelo. ¡Puedes hacer terapias de relajación con tu perro y desde casa.
En Ladracadabra te contaremos cómo hacerlo correctamente y unos tips que te serán de ayuda.
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¿Cómo funciona la meditación con tu perro?
Es una forma de conectar con tu mascota y contigo mismo. Consiste en compartir un momento de calma, silencio y atención plena con tu compañero canino. Así, ambos pueden beneficiarse de los efectos positivos de la meditación, como reducir el estrés, mejorar el ánimo y fortalecer el vínculo.
Para hacerlo, necesitas encontrar un lugar tranquilo, cómodo y sin distracciones. Puedes sentarte en el suelo, en una silla o en una almohada, y colocar a tu perro cerca de ti, sin forzarlo ni sujetarlo. Luego, cierra los ojos y respira profundamente, enfocándote en tu respiración y en las sensaciones de tu cuerpo.
Consejos para meditar con tu perro
Te compartimos las siguientes formas de practicar la atención plena a través de los sentidos:
1. A través de la vista:
Observa a tu mascota con curiosidad, como si fuese la primera vez que lo ves, mira sus ojos, observa los detalles de su carita, sus bigotes, la línea de contorno de sus ojitos, de sus labios, observa sus pestañas, sus orejas, y todas las características que lo hacen único no solo en su forma sino también en su color.
2. A través del tacto:
Acaricia a tu perro suavemente, concentrándote plenamente en tu peludo, toca con las yemas de tus dedos su pelaje, aprecia su calor corporal, los movimientos de su pancita cuando respira e intenta sentir los latidos de su corazón.
3. A través del oído:
Cuando realizas lo acaricias puede que tu mascota emita sonidos, o ronroneos en el caso de los gatitos. Escucha muy bien como se manifiesta tu peludo al sentir el placer de que lo consientas y lo mimes.
4. A través del olfato:
Si te lo permite tu peludo, acércate y huélelo, trata de oler su pelaje e identificar que tipo de olor expela, si de jabón, si huele a tierra, o simplemente si no tiene olor alguno (aunque todos lo tienen).
Intenta realizar este ejercicio con los ojos cerrados para mayor concentración e intenta conectar con tu interior y con tu mascota, enviándole mensajes de tranquilidad y de amor hacia tu peludo, incluso de agradecimiento para generar mayor conexión entre los dos y fortalecer su lazo a través de la conciencia plena del momento.
Si llega a ti algún pensamiento que interrumpa esa conexión, no lo evites, simplemente observa el pensamiento y toma consciencia de él, obsérvalo, suéltalo y redirige amablemente tu atención al ejercicio con tu peludo. Es normal que te pase varias veces.
Al final del ejercicio es importante que evalúes con qué emociones empezaste la actividad y con qué emociones lo finalizaste, ¿mejoró? ¿Observaste algún cambio? Recuerda que la práctica hace al maestro, si lo integras dentro de tu vida diaria, verás excelentes resultados.
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